sábado, 21 de octubre de 2017

Contra la sequía, dinamita

Llevamos un mes de octubre, en España, con temperaturas muy altas para esta época, y los embalses se están resintiendo, solo basta ver el pantano de Barrios de Luna (León – España), que conocen bien los asturianos que vuelven a su tierra, por la autopista del Huerna.

Para evitar restricciones para el consumo y evitar la sequía, ya presente, se habla de ahorro principalmente, no derrochar agua en los hogares, revisar instalaciones y subsanar las posibles pérdidas de agua, trasvases de cuencas hidrográficas, plantas desalinizadoras…. . Sobre las causas de las sequías la mayoría mira hacía el cambio climático, producido por la contaminación ambiental, y entre otras muchas causas se habla de la deforestación, tanto por la tala y no repoblación, como por los incendios forestales, http://historiasjasm.blogspot.com.es/2017/07/nuestros-bosques-se-queman.html , ejemplo estos días en Galicia, Asturias, León y no solo en España, sino también lo que ha ocurrido en California (Estados Unidos), con pérdidas de  masa forestal, sino con vidas humanas y bienes materiales.

Pero la sequía no es un drama de la España actual, en El Clamor Público el 29/06/1858, publicaba la aportación de un suscritor, pedía en aquellos momentos aplicar una ley Alemana, de después de la Guerras Napoleónicas, su remedio decía que era muy fácil, fuerte y duro, simplemente era en un corto plazo obligar a los propietarios a plantar un 6 % o 10 % arbolado, amenazando hacerlo a cuenta del Estado cuando el propietario sea indócil o impotente, pagándole la expropiación del terreno como para cualquier obra pública. Y proponía plantar pino del Norte, de Riga, de Laricia, marítimo silvestre y otras clases que se aclimatan perfectamente en España, lo que permitiría la filtración suave y natural para acumular diaria que unido a los rayos fuertes de nuestro sol, haría de España el edén de Europa y el mejor y más saludable de sus climas.
La Época 03/05/1871, publicaba un artículo de José Galofre, nos decía que el 30 de abril hubo 43º Reaumur al sol, igual a 54º C, me parece un poco exagerada, no especifica el lugar donde se tomó esa temperatura, aunque lo más seguro que es Madrid, que era donde vivía en ese momento (La Correspondencia de España 01/05/1871, de Madrid señalaba que el termómetro del día anterior, marcaba 6:00 – 11,5º, 15:00 – 29,4º, 21:00 – 19º). Galofre dice que contra la sequía solo hay 2 remedios, la canalización de los ríos y la plantación general de arbolado, sobre la canalización no daba mucha esperanza, a pesar de la ley de aguas de 1866, quizás su explicación define un poco España en algunas cosas "Pero como no solamente en España hacen falta buenas leyes, sino quien las observe y cumpla, de ahí la poca esperanza que tenemos de ver siquiera la preparación para los estudios preliminares del aprovechamiento de los cauces públicos.".
En lo que se refiere no tiene mucha más esperanza, y nos lleva a un paseo curioso por la historia de la Península Ibérica y sus bosques, empieza yendo a tiempos de la llegada de los Fenicios, contándonos que justo antes de su venida, la Península quedo devastada por una gran sequedad, nos dice que según algunos historiadores duró entre 17 a 23 años, por lo cual, los españoles realizaron una expatriación hacia Sicilia y Rumania y hasta Asia, no especifica ninguna fuente para esta historia. Nos dice que los primeros que repueblan y con prisa, nuestros montes son los Cartagineses, y los Romanos mantuvieron esta política de conservación y repoblación, cosa que se rompió con los Godos, pero que vuelven a restablecer los Árabes, que además instauraron el arte de regar en las zonas de Valencia, Murcia y Granda, la desgracia para los pobres árboles, según Galofre, continuó con la expulsión de los Moriscos, el no cumplimiento de algunas disposiciones de algún Monarca, y para rematar las desamortizaciones. Por lo que en aquellos momentos el Estado no podía reponerlos, porque había vendido su propiedad, no podía costear vastas plantaciones, y los particulares no tenían muchos incentivos económicos dado que el rendimiento en el caso del bosque es lejano, frente al de la Deuda Pública, por lo que se hacía era talar, roturar, sembrar, y el agua cuando llueva, lloverá para todos. En Castilla y en zonas paniferas, nos dice que existe la absurda idea de que los árboles son perjudícales para el cultivo de los cereales. José Galofre (1817-1877) fue pintor, y escribió libros sobre agricultura, economía, fue literato y músico, consiguió presentar a través del Marqués Bogaraya, en el Congreso de los diputados el 27/04/1868, un proyecto de plantación de viveros en todos los pueblos de España, no paso de la formación de una comisión parlamentaria, además el 19/09/1868, se produjo la Revolución Gloriosa, que destronó a Isabel II.
El Calendario de la Isla de Baleares de 1879-1880, proponía una forma, y nos decía, “el agua que llueve corre hacia el mar por los cauces de los torrentes. Si el isleño procura que no entre en el mar una sola gota de agua, y que toda ella sea embebida por los terrenos de la isla, este abundantísimo caudal acudirá a los depósitos naturales que existen en su subsuelo”. El método que proponía, “Todos los arroyos en su nacimiento son hilos sutilísimos de agua que se componen de gotas que la lluvia ha derramado sueltas y completamente disgregadas, y que se reúnen después para formar las pequeñas corrientes generadoras de los arroyos. En vez pues de intentar sin éxito el poner un dique al impetuoso torrente, o de detener la fuerza del arroyo con un embarrado de mucho coste; detengamos en su origen las gotas de agua o esas cantidades de lluvia suficientemente pequeñas para que las podamos dominar con poco gasto y obligarlas a que no corran al arroyo y se filtren paulatinamente en el suelo de nuestra propiedad. El medio más económico de conseguirlo es el siguiente.
A partir del punto más elevado de la comarca o del predio y a la distancia de 10,15 o 20 metros de este punto culminante, abrase una cuneta o acequia o surco de medio metro de profundidad y un de  latitud, colocándolo perfectamente a nivel, para lo cual se siguen las sinuosidades del terreno que indican ser de iguales alturas. A partir de esta cuneta y a la distancia de otros 10 o 20 metros en sentido de la pendiente del terreno, se abre otra cuneta igual a la anterior que reúna iguales condiciones de estar a nivel y seguir las ondulaciones del terreno. A los 10 o 20 metros de esta segunda se abre la 3ª y así sucesivamente hasta tener todo el territorio de la propiedad surcado por acequias próximamente paralelas entre si y a nivel en toda su extensión. A medida que las distancias entre acequia y acequia sean menores puede reducirse la capacidad de las mismas. ¿Qué sucederá el día que caiga un aguacero en aquel terreno? Sucederá que cada metro lineal de acequia abierta recogerá la poca agua llovida dentro los 10 o 20 metros que le sean superiores en posición, y como no han de caer en un solo día los 490 mm de todo el año sino solamente una parte que supondremos sea de 10 a 20 mm, resultará que cada metro lineal de acequia detendrá el curso natural a una capa de agua de 10 a 20 metros de longitud por 1 de latitud y por 10 a 20 milímetros de espesor cuya cantidad de agua cabrá perfectamente en la indicada cuneta; estancándose en ella sin correr a ninguno de sus dos lados por estar la misma a nivel. Lo que tendrá lugar en la primera cuneta se repetirá en cada una de las restantes. Este sistema no es ninguna novedad. Ha sido aplicado en muchos puntos del globo y en todos ellos ha dado resultados prodigiosisimos.”
El 18/03/1885 la Crónica Meridional de Almería, también una posible solución a la sequía, se hacía eco de un invento desarrollado en Australia para producir lluvia, la idea surgió de los efectos  que los meteorólogos habían notado perturbaciones profundas en la atmosfera a consecuencia del tiro prolongado de la artillería de guerra, el aparato australiano tenía forma de globo lleno de agujeritos hábilmente dispuesto debajo hay una carga de dinamita, el globo se eleva cuando se desea la lluvia, y en el momento en que se inflama la dinamita revienta el globo bajo esta acción poderosa, y el agua se esparce sobre la tierra, parece ser que se habían hecho experimentos con ella en Nueva Gales del Sur (Australia) y que los colonos habían quedado satisfechos. El 23/06/1886 La Correspondencia de España seguía con el invento australiano, que se había remitido el diseño al Gobierno Británico, y explicaba un poco más su uso, al pasar la primera nube se lanza el globo con dinamita dentro por medio de un alambre y al hacer explosión en el centro de la nube, la lluvia se desprende . La Crónica de Huesca 01/07/1886 iba más allá, insinuaba que en España se habían hechos estudios para aparatos semejantes que además conjuraban en su principio las tempestades, pero no da más explicaciones.
Este invento también trajo controversia en Australia, el Melbourne Argus, publicaba el 01/05/1884, la descripción del sistema del Sr. E. S. Haines, y da un repaso a los intentos de crear lluvia, pero James Miller, Australiano también, respondía que él ya había descrito el sistema, publicado en  27/09/1881, pero sobre el uso de cargas explosivas a través de artillería u otros medios, ya se hablaba a finales del s. XVIII.
En 12/10/1911, Nuevo Mundo, no creía mucho en este sistema, nos decía, “viene estudiándose el empleo de la dinamita para evitar la sequía en los campos y producir lluvia. Todos los ensayos llevados a cabo en este sentido han producido el mayor fracaso. ¿Sabe el lector lo que en la atmósfera significa la explosión de un par de toneladas de esa substancia? Pues lo mismo, ni más ni menos, que el ruido que produce en una habitación una cerilla al ser encendida en la pared. Otro dato, en cambio: ¿sabe el lector la cantidad de agua que es preciso que llueva para que un aguacero dé un producto de dos y medio centímetros cúbicos? Pues es necesaria nada menos que la precipitación de 64.640 toneladas  de agua. Y el calor que despide la condensación de esta inmensa cantidad de líquido equivale mecánicamente a cincuenta millones de caballos de fuerza por hora. Esto lo asegura y lo afirma Mr. Batres, un sabio que ha hecho mil y un estudios acerca del particular. El cual Mr. Batres dice también que la compresión del aire causado por la explosión de unos cuantos kilos de dinamita desarrollaría calor, y este a su vez haría subir mucho la temperatura a que se forma el rocío disminuyendo, por consiguiente, toda probabilidad de la precipitación del agua. Por esto, el único medio por el cual puede remediarse la sequía en los distritos rurales es la replantación y repoblación de los bosques y de los campos: cuantos más árboles mayor cantidad de lluvia.”
Actualmente en China, se ha hecho llover, en el lanzamiento al cielo mediante cohetes o aviones de productos químicos como el yoduro de plata, sal o el hielo seco.

Bibliografía: Biblioteca Nacional de España, Ministerio de Cultura de España, Biblioteca Nacional de Australia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario